El Cartógrafo de Lisboa, de Erik Orsenna

Cristóbal Colón, como dice el autor en la bibliografía, ha inspirado tantos libros como la Segunda Guerra Mundial. Por tanto, puede parecer un ejercicio de osadía que ese mismo autor añada otro título más a la lista, pero el libro de Orsenna no es uno más de esos textos elementales y planos sobre el Almirante.
Colón es una figura tan enigmática que el interés por él parece justificado. Todo es dudoso: su origen, su periplo vital, hasta las intenciones últimas de su navegación hacia el oeste.
Con esos datos (o la falta de ellos) hacer una novela histórica es arriesgado hasta el punto de que la realidad puede desvirtuarla a poco que un historiador o archivero se muestre afortunado.
Por consiguiente, Orsenna no escribe una novela histórica al uso, sino más bien una historia intelectual de Colón, sin que importe tanto el detalle real como la perspectiva anímica y cultural. Tampoco se centra directamente en Cristóbal, sino que elige a su hermano Bartolomé Colón, el cartógrafo de Lisboa del título, haciendo así, más que un retrato, un negativo, un molde en el que podría encajar Cristóbal.
Bartolomé inicia su narración en La española, en la ciudad de Santo Domingo. Acaba de escuchar un sermón que viene a ser el arranque del cuestionamiento del Descubrimiento y de la forma en la que se ha llevado a cabo, un sermón que denuncia el trato que los descubridores dan a la población indígena. Al poco, recibirá la visita de De Las Casas y otro dominico, que ya inician su formación de pensamiento que les llevará a dirigir su famoso memorial al rey pidiendo trato justo y cristiano para los indios. Y Bartolomé Colón, a instancias de los dos frailes, empezará, en las postrimerías de su vida, su confesión. Desde los tiempos en que, en Génova, él y su hermano miraban hacia el mar, para temor de su madre, hasta el establecimiento de Bartolomé en Lisboa y su aprendizaje como cartógrafo, y la llegada de su hermano, ya poseído por la idea fija de llegar al Oriente por el oeste.
Orsenna desarrolla un retrato intelectual de una época, un paisaje cultural y moral de cuando navegar y descubrir era oficio, y de cuando el descubrimiento y su reflejo en las cartas de navegación eran secretos de estado. Al poner en primer plano a bartolomé, Orsenna renuncia a la épica del descubrimiento («La Pintada, la Niña, la Santa María. En realidad, la Santa María se llamaba María Galante. [...] Las carabelas que descubrieron el nuevo mundo eran mujeres de la vida»); accede a las dudas que el descubrimiento plantea y, sobre todo, se interroga sobre los auténticos motivos que mueven al ser humano.

(L'Entreprise des Indes)
Tusquets Eds., col. Andanzas
Barcelona, 2011 [2010]

Portada y sinopsis

Entrevista en francés a Erik Orsenna sobre El Cartógrafo de Lisboa, en la web Onirik

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2 comentarios:

Lihuel dijo...

Es una obra escrita con buen gusto y una prosa elegante. Me lo regalaron hace poco, me gustó la descripción de la vida diaria en Lisboa, antes de que llegara Cristobal Colón. El escritor sabía lo que hacía. Buena reseña.
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Lluís Salvador dijo...

Hola, Asiroh:
Bienvenido a este blog. Y gracias por el comentario. Respecto al blog, no me ha llegado la dirección, y mirando en tu perfil sólo he llegado a uno en construcción o en pruebas. Ya me dirás algo...
Un saludo cordial!